GO Blog | EF Blog Argentina
Lo último sobre viajes, idiomas y cultura con EF Education First
MenuPedí tu revista gratis

Amigos Internacionales

Amigos Internacionales

Te extraño. I miss you. Tô com saudades. Tu me manques. Mi manchi. Así, y de muchas formas más, todos pasamos por ese momento. Ese momento que creíamos que nunca iba a llegar, que esperábamos que nunca llegue: la despedida. Seguro tu experiencia estudiando un idioma en el extranjero fue tan increíble, que en un abrir y cerrar de ojos pasaste de tu primer día en la escuela, al último. No sabés cómo, pero lo que al principio era miedo por vivir en otro país y hacer nuevos amigos, hoy es un miedo a no verlos más, a nunca más poder compartir un almuerzo o una salida juntos. Miedo a dejarse de hablar por las diferencias de idioma o de zona horaria, o miedo a no verse nunca más por esas “cosas de la vida”.

Y de la misma forma, sin saber cómo, hoy, cinco años después, todavía seguís en contacto con esa gente; con esos locos que hicieron de tu viaje algo inolvidable. Bueno, cinco años para mí, que viajé en el verano del 2011-2012 a Cambridge. Tenía sólo 17 años y estaba a punto de viajar sola – por casi 3 meses y medio – a un lugar donde nunca había viajado. Por ahí para vos no sean cinco años. Tal vez pasaron un par de semanas desde que volviste, o meses, o tan sólo días; o por ahí sos más veteran@ que yo, y ya van más de cinco años desde que tuviste que aguantarte las ganas de llorar en frente de todos y subirte al avión como si fueras invencible.

Sin importar a qué grupo pertenezcamos cada uno, a todos nos une una cosa: extrañar. Extrañar el lugar, tus roommates, el camino a la escuela, los olores, el frío – o el calor –, esas tardes reventando la tarjeta (probablemente de papá o mamá) en el Shopping, o ese viaje improvisado de fin de semana. Pero seguro que lo que más extrañamos es a la gente, a nuestros amigos, compañeros, familia anfitriona e incluso profesores (sí, no sos nerd por extrañar al profesor). ¿Por qué? Porque si cerramos los ojos y pensamos en cada uno de los escenarios que enumeré al principio, automáticamente vamos a relacionarlos con esas caras conocidas; esas caras que posiblemente, si no hubiesen estado ahí, ese viaje improvisado o ese frío no habrían sido los mismos.

Ahora sí, ya podés sonarte la nariz y secarte las lágrimas, porque no todo está perdido. No creas ni por un segundo que tu historia termina acá. No, tu historia no, SU historia: la tuya y de tus amigos. Porque no importa si viven en países limítrofes al tuyo o si esos vínculos van hasta el otro lado del mundo, te aseguro que van a volver a encontrarse. Por ahí tienen que esperar algunos meses hasta que coincidan sus vacaciones o un poco más hasta poder juntar la plata para pagarse el viaje, o por ahí justo hacés un viaje con tu familia y da la casualidad que ellos están visitando la misma ciudad, pero algo es seguro: toda espera vale la pena. Tomalo desde mi experiencia, que al principio tuve que esperar un año para reencontrarme, y después terminamos viéndonos ¡cada seis meses!

Mientras tanto, ¡no pierdas el contacto! Por suerte hoy en día gracias a la tecnología tenemos muchas formas de comunicarnos: Skype, Facetime, Instagram, Snapchat, Facebook, Whatsapp, mensajes de texto, mail…e incluso si vas más por lo tradicional, ¿a quién no le gusta recibir cartas escritas a mano? Un acercamiento un poco más personal definitivamente es un win-win.

Y acordate de que también nos tenés a nosotros, ex pasajeros, que entre todos podemos darnos una mano con esa nostalgia. Porque después de todo, sí, fueron “cosas de la vida”, pero cosas INCREÍBLES de la vida.

Conocé el mundo como SofiAprendé más
Recibí lo último en viajes, idiomas y cultura internacional directamente en tu e-mail.Suscribirme